1 de noviembre de 2011

CAP 222 UN MONDRAGÓN DE BANDERAS A LO SAN GENARO

 

CAPITULO 222 "NI EXCLUSIVO, NI EXCLUYENTE"
El 20 de noviembre de 1979 reunió a un buen número de personas en la Plaza de Oriente para conmemorar el aniversario de la muerte del caudillo, algo no muy agradable ya que se  vitoreaban los años no tan lejanos de dictadura.  En cambio, la sensación era distinta cuando los pequeños Oriol y María preguntaban a Antonio quién era Franco, “se murió de viejo” les contestó. Ellos forman parte de las primeras generaciones nacidas en Democracia. Para Antonio esa manifestación constituía  la prueba definitiva de que el negocio de las banderas iba a ser un éxito seguro. Está empeñado en montar su propio  Mondragón,  más conocida ahora como Fagor, un gran ejemplo de cooperativismo en España.


Las Autonomías estaban en marcha y cada ciudadano se iba sentir identificado con su correspondiente bandera. Lo cual abre las puertas a un buen merchandising.  Los hermanos quieren llevarse parte del pastel y no dudan en hacer de espías e ir a conocer el modus operandi de una fábrica ya en funcionamiento. Miguelón para evadirse del abandono de Paquita  sigue a Antonio en su andanza y este, ilusionado, coge carrerilla sin ser  capaz de pensar en otra cosa. Quiere que el barrio participe a modo de cooperativa y ser el principal gestor.  No se entendió muy bien que preguntase a Toni acerca del funcionamiento legal de las  cooperativas habiendo formado parte de una con la imprenta pero aún así, es evidente que la trama concuerda con ese pasado entre tintas y papeles  de Antonio. Imprimir lo lleva en la sangre, la ideas hay veces que no son casualidad, hay que saber leer los mapas para encontrar el camino correcto. 

Para esta aventura es muy bueno que se implique a los vecinos y más en tiempos de crisis. Antonio no propone ninguna locura, quiere también ayudar al barrio y por eso le duele que nadie  comparta su ilusión,  a excepción de Desi y Clara. Esto me alegró especialmente, hay que mimar a los Quijos con un poquito de más participación. Al final, aunque pocos, todos irán a una como Fuenteovejuna, las banderas serán una realidad. Me recuerda a aquellos tiempos en los que Antonio, Desi y Tinín intentaron montar una pequeña imprenta.

Lástima que Antonio no vea más allá, tan ilusionado está que no es capaz de entender que la Milano lo pasa muy mal durante todo el capítulo.  La consuela cuando rompe a llorar en el baño pero incumple su promesa de acompañarla a la cena al no considerar que era más importante que lo suyo. No lo hace a mala fe,  pero es egoista y  nada justo para Merche.  Ana Duato, brillante como siempre, trata de investigar quien de  la inmobiliaria le manda notas difamatorias a su casa. Sospecha de todos  y el telespectador iba con ella en su búsqueda. Todo apuntaba a Beatriz, aunque una servidora dudó seriamente de Tomás (Josep Julien), dado su  carácter villano y su  descarado flirteo, e incluso se barajó una posible mala jugada de Pituca.


Un jefe que tiene acostumbrada a su mujer a vivir con sus devaneos. Sonsoles (Pilar Ordoñez) hace una encerrona a Merche para recriminarle una posible aventura con su marido. Pero ahí estuvo Merche sacando el carácter y poniendo los puntos sobre las íes.  Sin embargo, efectivamente, fue la joven vendedora de pisos la  que despechada mandaba  esas notas. La cena estuvo muy lograda, se sentía la incomodidez de Merche y  la hipocresía de todos los allí presentes. Hasta que Beatriz se emborracha y desvela su infidelidad con Tomás e insulta gravemente a la Milano. Más tarde, ya en casa, esta se entera que después de esa  noche la chica se intentó suicidar. Por ahora trabajar en la inmobiliaria Tereñes  no ha sido la mejor de las decisiones…ese sufrimiento  tan sentido de Herminia lo confirmaba.

Otros, en cambio, se pasan el capítulo desconcertados,  no por la falta de sueño  y “estudiar para serenos.” Carlos y Felipe no saben por dónde tirar con  Arantxa y su “ni exclusivo, ni excluyente”. Aunque me da pena que Carlos se deje tomar el pelo de esta manera, se entiende que la atracción sea más fuerte que él. Como buen Alcántara las mujeres le van a dejar más de un recuerdo  ("aves de paso", que diría Sabina). Arantxa está en su pleno derecho de hacer lo que quiera con su vida sentimental. Por lo tanto, está en ellos aceptar o no la situación, por ahora, poco sostenible, algo ridícula y nada provechosa que achacaremos a los años. Más de uno ahora y en aquellos años se habrá visto en “movidas” así. A Carlos su femme fatale le hace soñar  una versión personal de Psicosis.

Todo lo contrario a lo que le ocurre a Inés, quién, ya a vuelta de casi todo,  intenta rehacer su vida. Tiene muchos miedos y por eso evita al doctor y  cualquier contacto con el mundo de la noche.  Me gustó mucho  el momento en el que la  propia protagonista, al hacer un resumen de su vida, reconocía que esta no ha sido de lo más convencional e incluso mostraba ciertas inseguridades con respecto a no ser  tan buena madre  con Oriol como Carola. El doctor (Fernando Otero) consigue  finalmente llamar  al corazón de Inés con sencillez y paciencia, ha captado que es una chica especial.  “Ha mirado para atrás…me cago en la leche” decía su padre cuando se despedía de Alberto.


Quién a ver si también tiene suerte en temas de amor es nuestra Pili, que como si de un bálsamo se tratase, nos roba genialmente una sonrisa cuando se entera fascinada de la profesión de ginecólogo del amigo del doctor.  Es un personaje que adoro, por su positivismo, alegría y fidelidad a la serie, para mi es su “campanilla”. Pequeños momentos suyos siempre compensan, como en el capítulo anterior en el que intenta  arreglar el desaguisado con el pelo de Paquita. Es la mejor amiga que se puede tener. Y  como siempre los Alcántara en eso son muy afortunados,  como  lo es  Cuéntame también con contar con Lluvia Rojo.

Los amigos serán muy importantes en los próximos capítulos, sobre todo en el negocio de las banderas.  Es tan difícil encontrarlos y a veces mantenerlos…Merche no puede confiar en ninguno de sus compañeros y Carlos comparte demasiado con Felipe.  Veremos qué ocurre, la vuelta a San Genaro les ha sentado muy bien, ojalá consigan ese Mondragón  soñado.
 Contando su Cuéntame: Ricardo Gómez esta semana nos habla con el corazón de algunos actores que han pasado por Cuéntame y por tanto, por su vida. Estos, aparte de ser grandes maestros para él, le han llenado el alma.  No se trata sólamente de los regalos que le han hecho sino de sentirles cerca con ellos. Este chico es muy afortunado en ese aspecto y me alegro.  Es un grande y además un encanto.  Aquí podéis leer su artículo en Punto de Encuentro:

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