7 de marzo de 2011

CAP 213. EL CEREZO DE SAGRILLAS, LA INES DE LOS ALCÁNTARA


CAPITULO 213 SAGRILLAS EXTERIOR NOCHE
Como dice Steppenwolf nada más comenzar el capítulo, Inés declara la guerra total a la droga, al “pusher man” de la canción. Tiempo después de la muerte de Jaime, todos arriman el hombro para que esta se recupere, bueno, casi todos… El problema les viene grande, pero lo afrontan. En cambio, a Antonio, el miedo le paraliza. Este capítulo ahonda en los sentimientos de los personajes mediante sus sueños y sus miedos.


Antonio y Merche son incapaces de mirarse. Han pasado a una fase en la que no hay ira entre ambos, ni reproches, sino algo peor decepción y cobardía. Merche se siente defraudada y muy sola por no tenerle cerca, ayudándola. Percibe que se acobarda y eso la entristece y le aleja de él. Antonio muy avergonzado, lo reconoce y lo lamenta en el alma, pero no se ve con fuerzas. El pánico a que Inés acabe muerta le hace huir del problema porque piensa que no puede arreglarlo y que no puede ser ese cabeza de familia fuerte con la solución en sus manos como cuando era pequeña. Reconoce ante Mercedes en el dormitorio que está muy asustado y muy frustrado. Quiere hacerlo bien y no sabe cómo y cree que si interviene lo empeorará, como ocurrió la anterior semana. La muerte de Jaime les afectó mucho. Todo este problema le deja la autoestima por los suelos y no se da cuenta de que le necesitan pero Antonio no confía en sí mismo.


La cabezonería de Antonio por levantar ese cerezo quebrado no es una mera extravagancia, es una metáfora estupenda. Para él era importante ponerlo en pie como fuese. Su niña de sus ojos se lo pide justo en el momento en el que huía a Madrid. Con eso Inés le dice que quiere que esté allí, que se quede junto a ella y su madre porque no soporta verles distantes, ambos se piden disculpas. Antonio se empeña testarudo en no fallarla y eso a mí me conmovía mucho, daría un mundo por ella. Ese cerezo quebrado es Inés rota por su adicción. El columpio es su razón de ser para curarse, su futuro, su hijo y también el vínculo de niña con su padre. El toro representa los envistes brutales de la droga, amenazante. Antonio como con la droga recibe un gran golpe del astado.

Todos se ponen a tirar del árbol y al principio lo dejan torcido y muy avocado a desplomarse. Lo mismo que sucede con Inés, en un constante peligro de recaída. Pero Antonio insiste hasta al final aunque acaba por aceptar que hay que descansar y tomarse tiempo para volverlo a intentar reconociendo la ayuda del tractor de su amigo. El capítulo cierra con el columpio montado y el cerezo bien erguido del cual brotaba una flor muy esperanzadora. Inés al ver que no lo conseguía le agradece el esfuerzo y le compensa con un “papá qué guapo eres” como cuando era niña. No puedo ni imaginar el dolor que deben de sentir por verla sufrir. Antonio quizás aprenda con todo esto, pero todavía ha de demostrar que va a luchar.


La Milano es muy fuerte, pero juntos lo son más.
Inés también vive una lucha interna enorme, más que nadie. La primera en encontrar la valentía para superar la adicción ha de ser ella. En esos momentos se siente menos que una mierda, no merecedora de estar viva. Rompe a llorar y grita a su madre e incluso a su hermanita pequeña y le duele ver a sus padres peleados, tristes y apagados. Se desespera con esos sueños en los que ve a Jaime invitándola a ser feliz y que se vuelven pesadilla cuando la adicción y la muerte aparecen en forma de botellas sin champán y en Oriol atropellado. En Cuéntame, cuando se profundiza bien, los sueños pueden decir mucho sobre cuales son los miedos reales de los personajes y esta vez me ha gustado mucho que se hayan dedicado a la parte onírica de Inés. La muchacha teme a la muerte, echa de menos a Jaime y teme perder al pequeño. Por ello cuando Eugenio decide no mandar al niño, se derrumba y huye.

Menos mal que caprichos del guión, digo del destino, Herminia estaba haciendo una promesa por su nieta que la llevaba en procesión en plena noche. Es un lujo tener a esta abuela maravillosa que aún enferma no duda en pedir ayuda a Dios, con todo su amor, fe y cariño. Herminia llena a la serie de ese toque terrenal, costumbrista y entrañable. Aplaudo a María Galiana por llenar de tanto amor y coherencia al personaje. El abrazo que le da a su nieta al bajar es pura verdad, sus nietos la quieren y la respetan y por eso Inés se echa a sus brazos.


En una entrevista Imanol Arias nos cuenta que los telespectadores están muy cerca de esta trama que relata la irrupción de la heroína en familias acomodadas a través del mundo artístico. Se está contando de manera que los padres puedan sentarse con sus hijos a verla sin problemas. Es cierto. Están teniendo mucho tacto y es muy didáctico. Lo cuentan con mucho respeto por el telespectador y también por los propios personajes, que en cierto modo están muy al límite y eso necesita cuidado.


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EL CORTO, EL NICHO Y LA RUINA DE LA IMPRENTA
El resto del capítulo continúa con un tono más humorístico. El levantamiento del árbol tuvo su gracia y Maurín se queda sin su Lucero del alma. Para mí es una alegría que vayan a Sagrillas y aparezcan personajes de siempre como Liceria (Alicia Sánchez) y Lorenzo (Mario Pardo). Carlos en Madrid se entretiene rodando una locura de corto.

Esta trama, quizás rompía muy bruscamente con lo vivido en Sagrillas. Pero Carlos vuelve a tener una parte creativa que con la mili la habíamos perdido y eso me gusta. También sirvió para que él y Karina hablasen del asunto de su hermana, aunque me hubiese gustado oírles expresar más tiempo su preocupación. Muy bien Karina al reconocer su metedura de pata e ir a buscarle. Con ello los dos jóvenes primero se vuelven a encontrar como amigos y después como amantes. El corto me recordó a los comienzos de Almodóvar y de la creatividad de la movida madrileña, dónde se hacía cine, sin normas, atrevido y muy extravagante. Se experimentaba, sin tener miedo a lo irreverente. Rufi se daba un aire a Carmen Maura, actriz fetiche del director manchego en aquella época y Cecilia quizás a Cecilia Roth, también argentina y que daba sus primeros pasos…puede ser o puede que sean sólo cosas mías.

Mientras. Paquita se preocupa de buscarse un huequito en el cementerio para su descanso eterno. Echa cuentas le parece buena idea ahorrar gastos compartiendo el nicho con Miguel, dado que él se morirá antes y le dejará hueco. Un poco fuerte esta deducción, pero la Loba se da cuenta, rectifica, le pide perdón y le lleva…al cielo….

Antes de ir al pueblo, Antonio recibe la visita de Curro que le cuenta que la imprenta ha quebrado y ha tenido que desmontarla y venderla. Muy noble el gesto Alcántara de no querer cobrar a su amigo. Esto nos deja al personaje sin ningún vínculo hacia nada profesional, la política también fue mal. Escuché también a Imanol decir que Antonio va a sufrir y que tendrá que aprender a reinventarse. Interesante. Pero, por ahora, Inés es lo primero y lo más difícil. El matrimonio está distanciado, la crisis de los bancos es inminente y Antonio guarda dinero en un maletín. Queda muy poco para que acabe la serie, dos o tres capítulos, yo no me lo perdería: la guerra continúa.
Canciones
Steppenwolf “The pusher”
Blondie Heart of glass

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