19 de septiembre de 2009

CAPITULO 184 EL TAMAÑO SÍ QUE IMPORTA



No me queda muy claro el por qué de llamar así el capítulo, pero es un buen capítulo. Si bien es uno de estos que llamamos de inicio, de arranque, para situar a nuestros Alcántara en la dinámica de la temporada y a la vez disfrutar del costumbrismo tan bien traído que tienen.


Vemos en el capítulo cómo Antonio se vuelca en Suárez. Es su "intuición", le dice a Toni. Por una vez sabemos que la corazonada de Alcántara es buena y es muy bonito verle ilusionado y meterse en un buen lío, al contrario de como pasaba siempre con el alferez. Aunque habrá que esperar a ver qué le supone el tremendo dinero puesto para los carteles...Sin embargo, se ve a un Antonio esta temporada más enérgico que nunca y con el oficio bien aprendido y asentado. Toni no se dió cuenta al final, pero su padre supo cantar las cuarenta al moroso de la imprenta. Son muchos años de profesión, de ir leyendo, de ir mejorando...que le tienen que ir pesando.

Y es que Antoñito, el maestro de meter la pata, también es un buen profesional que sabe lo que hace. Su buen hacer y confianza para con Suárez es buena prueba de ello. Reconozco que me encantaron los momentos en los que sueña que se ve en la tele jurando cargo como si fuese el mismísimo Presidente o aquel en el que le saluda. La cara de ilusión de Antonio es todo un poema; se queda ojiplático con Suárez y se fascina cuando recuerda su nombre. "Tal vez yo no sea de los Beatles pero también voy a la moda", vaya que sí Antonio.

Sin embargo, con toda esta aventura, también se nos asoma el Antonio "troglodita", machista, refranero, que pone motes a diestro ("legalizado" al ya llamado Troski -Curro-) y siniestro (la Loba de Paquita). Encaja como puede que el amigo de Merche le coma la boca, aunque sin lengua a pesar de lo que mascullaba él. . Gruñe y gruñe y nos habla hasta en latín del "cogitatus" que tiene que tener con el pequeño y con el mayor continere".

Con Toni y gracias a una Merche apaciguadora se porta muy bien. Le reconoce el mérito y le ayuda. Toni vuelca sus ganas en ayudar a su padre con la imprenta. Siempre me ha gustado esta parte familiar, noble de Toni. No duda jamás en echar un capote aunque esta vez se nos agobia, No es fácil y más cuando encima está sin casa y con la mujer quejándose. Muchos sabrán que es eso de compartir un baño por la mañana.

Ahí está uno de los puntos fuertes de Cuéntame: un gran costumbrismo. Una amiga me comentaba que le encantó la escena en la que Antonio se duerme viendo la tele y le mandan para la cama. O cuando Herminia está viendo Jules et Jim de Truffau, no se entera de nada y empieza a hablar y hablar, mi abuela hacía lo mismo. También la eterna Pili diciendo que quiere un novio aunque sea para un finde semana mientras se preocupa del material de la peluquería.
Carlos, homenajeando a una de las películas sobre cine más bellas jamás hechas (Cinema Paradiso) quiere trabajar en las entrañas de un cine de barrio. Para ello falsifica su carnet de identidad aunque eso sí confesando al dueño su engaño, ganando con ello su complicidad. En ese cine podrá ver toda la ficción del momento, tolerada y no tolerada. Me encanta ver esta faceta del chaval y que se interese por el Woody Allen de esa época. Ese es el Carlos más cercano a su voz en off, un tío culto. Son 17 años ya lo que tiene, algo más espabilado que Toni cuando tenía los mismos debe de estarlo.

Y para añadir más comicidad Miguel y su problemilla erectil causado por la Lucrecia de Borgia de San Genaro. Va a tener razón Antonio con lo de la Loba. La pobre, agotada del embarazo y del bar, no se le ocurre otra cosa que poner bromuro todas las noches a Miguel para que no ice la bandera y no le sea infiel cuando vaya en el taxi. Aunque bien es verdad que cuando ve que puede ser malo para él deja de hacerlo y reune valor para pedir consejo y al final "publicaciones" especializadas en el débito conyugal a su tía. Merche con mucho apuro, cómo no, le echa una mano.

Si alguien es pionero en aprender, esa es Merche y con la universidad y su amigo Arturo lo hará a gran velocidad. Lo bonito aquí es ver cómo le choca lo que hace y lo va aceptando con esa prudencia, elegancia y saber estar que tiene regalandonos gestos fantásticos. "También son criaturas de Dios" acaba por reflexionar ante Antonio sobre los homosexuales. Qué razón tiene la Milano. Yo me quedo con el gesto de horror que se le pone al saber que todavía era ilegal serlo.

En fin, que para tamaños, lo que es grande es Cuéntame...

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